martes, 8 de diciembre de 2015

Capítulo XIX. El hombre sabio es siempre feliz; y se ve poco afectado por la fortuna



"Al mismo tiempo esta doctrina estoica puede expresarse de forma que nosotros no objetamos, y a la que nosotros mismos adherimos. Porque Epicuro así representa a su Hombre Sabio, quien está siempre feliz: sus deseos los mantiene a raya; desprecia a la muerte; tiene una concepción verdadera de la naturaleza divina, no influenciado por el temor; no titubea ante abandonar la vida, si ello le mejorase su condición. Equipado de esta manera él goza del placer perpetuo, toda vez que no hay momento en que los placeres que él experimenta no sobrexcedan los dolores; por recordar él con gratitud el pasado, coge el presente con conciencia cabal del agrado que proporciona, y no confía en el futuro; él lo espera, pero encuentra su verdadero goce en el presente. Además, él se halla enteramente libre de los vicios que yo mencioné un momento atrás, y obtiene un placer no menor de comparar su propia existencia con la vida del tonto. Más aún, cualquier dolor con que el Hombre Sabio pueda toparse nunca será tan severo, por lo cual él tiene más motivo para la alegría que para la tristeza. Adicionalmente, un fino adagio de Epicuro, sostiene que `el Hombre Sabio está poco influenciado por la Fortuna: las grandes preocupaciones de la vida, las cosas que verdaderamente importan, son controladas por su propia Sabiduría y Razón'; y que `ningún placer más grande podría provenir de una vida de infinita duración de lo que es verdaderamente posible en esta existencia que la sabemos finita'. Respecto de la Lógica, sobre la cual vuestra escuela hace gran énfasis, él sostuvo que no tenía efecto alguno como guía del comportamiento o como ayuda para el pensamiento. A la Filosofía Natural él la consideró como de la mayor importancia, esta ciencia1/ nos explica el significado de los términos, la naturaleza de la afirmación, y la ley de la consistencia y la contradicción; también nos provee con un conocimiento acabado de los hechos de la naturaleza que nos relevan del peso de la superstición, liberándonos del temor a la muerte, y protegiéndonos contra los efectos perturbadores de la ignorancia, lo que a menudo y por sí mismo es una causa de las aprehensiones aterradoras; finalmente, ella también mejora el carácter moral para aprender cuáles son los verdaderos requerimientos de la Naturaleza. Además, sólo por medio de coger firmemente un sistema científico bien establecido, de observar la Regla o Canon, como caída del cielo para que todos los hombres la conozcan - solamente por medio de hacer de ese Canon la prueba de todos nuestro juicios es que nosotros podemos siempre estar esperanzados en mantenernos apegados a nuestras creencias, incólumes ante la elocuencia de cualquier hombre. Por otro lado, sin un total entendimiento del mundo de la Naturaleza es imposible mantener la verdad de nuestras percepciones sensoriales. Además, toda realidad en la mente tiene su origen en la sensación: de forma que ningún conocimiento cierto será posible, a menos que todas las sensaciones sean verdaderas, como lo enseña la teoría de Epicuro. Aquellos que niegan la validez de la sensación y dicen que nada puede percibirse, excluyendo la evidencia de los sentidos, son incluso incapaces de exponer sus propios argumentos. Además, al abolir el conocimiento y la ciencia ellos anulan toda posibilidad de vida y acción racionales. Es así como la Filosofía Natural provee valor para enfrentar el temor a la muerte; da resolución para resistir los terrores de la religión; entrega paz mental, porque ella remueve toda la ignorancia de los misterios de la Naturaleza; proporciona autocontrol, porque éste explica la naturaleza de los deseos y distingue sus diferentes tipos; y, como lo mostré recién, el Canon o Criterio de Conocimiento, que Epicuro también ha establecido, aporta con un método para distinguir la verdad de la falsedad.



1/ Epicuro descartó la Lógica ortodoxa pero atacó algunos de sus problemas a la luz de su Filosofía Natural: por ejemplo, al negar la necesidad en la Naturaleza, él negó la Ley del Medio Excluido. El `criterio' o prueba de verdad él lo trató bajo el título de `Canónico'. Basándose en su teoría de la sensación, `Canónico' fue categorizado bajo `Física'. Según el `criterio' los sentidos eran infalibles, y eran la única fuente del conocimiento; y proveyó reglas para probar la validez de la inferencia a partir de la sensación, las que son una tosca señal de la Lógica de Inducción.






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