miércoles, 9 de diciembre de 2015

Opiniones de probable generación en el SIGLO VEINTE y otras de las que no se dispone su origen


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Más escépticos hace la ingratitud que la filosofía.
[Jacinto Octavio Picón y Bouchet (1852-19..)]


La lógica es buena para razonar, pero mala para vivir.
[Rémy de Gourmont (1858-1915), Dialogue des amateurs]


Sólo en la filosofía es donde cada pensador, cuando es original, determina no únicamente lo que quiere responder, sino lo que quiere preguntar... para responder al concepto de filosofía.
[Georg Simmel (1858-1918), Qué es filosofía]


En general el hombre está siempre orientado hacia alguna particularidad... Pero el filósofo posee un sentido para la totalidad de las cosas.
[Georg Simmel (1858-1918), Qué es filosofía]


La meta ideal de la filosofía sigue siendo puramente la concepción del mundo, que precisamente, en virtud de su esencia, no es ciencia. La ciencia no es más que un valor, entre otros.
[Edmund Husserl (1859-1938), La filosofía como ciencia estricta]


Se dice que nuestra época es de decadencia. Yo no tengo por justificado ese reproche. Y sería cometer una gran injusticia con nuestra época si le imputáramos la voluntad por lo inferior. Nuestra época sólo quiere creer en "realidades". Su más fuerte realidad es la ciencia y, por consiguiente, la que más necesita es la "ciencia filosófica".
[Edmund Husserl (1859-1938), La filosofía como ciencia estricta]


Las cosas nunca salen ni tan bien ni tan mal como debieran en pura lógica.
[William Ralph Inge (1860-1954), Prognostications]


Aquellos que quieren pensar filosóficamente un concepto aislado, sin tener en cuenta a todos los demás, son como médicos que quieren curar un órgano sin tener en cuenta la totalidad del organismo.
[Benedetto Croce (1866-1952), La lógica como ciencia del concepto puro]


La nueva proposición filosófica es posible sólo a merced de la antigua; y la antigua vive eterna en la nueva que la sigue.
[Benedetto Croce (1866-1952), La lógica como ciencia del concepto puro]


La filosofía digna de almas fuertes es la que enseña que del mal irremediable ha de sacarse la aspiración a un bien distinto de aquel que cedió al golpe de la fatalidad; estímulo y objeto para un nuevo sentido de la acción, nunca segada en sus raíces.
[José Enrique Rodó (1872-1917), Motivos de Proteo: Renovarse es vivir]


La filosofía es el "cuarto de estar" de las ciencias.
[Bertrand Russell (1872-1970)]

La filosofía puede proclamar con justicia que disminuye el riesgo del error y, en algunos casos, lo hace tan pequeño que es prácticamente despreciable. No es posible hacer más en un mundo donde es necesario equivocarse.
[Bertrand Russell (1872-1970), Los problemas de la filosofía]

Muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios prácticos se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una ocupación inocente, pero frívola e inútil.
[Bertrand Russell (1872-1970), Los problemas de la filosofía]


El valor de la filosofía debe hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu; y sólo los que no son indiferentes a estos bienes pueden llegar a la persuasión de que estudiar o hacer filosofía no es perder el tiempo.
[Bertrand Russell (1872-1970), Los problemas de la filosofía]


El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de los prejuicios que se derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación y el consentimiento deliberado de su razón.
[Bertrand Russell (1872-1970), Los problemas de la filosofía]


La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la tiranía de la costumbre.
[Bertrand Russell (1872-1970), Los problemas de la filosofía]


No existe en la historia humana memoria de un filósofo dichoso.
[Henry Louis Mencken (1880-1956)]


No existe en la historia humana memoria de un filósofo dichoso.
[Henry Louis Mencken (1880-1956), Prejudices]


A veces sospecho que hablamos filosóficamente para justificar nuestros instintos.
[Eugenio D'Ors y Rovira (1882-19..), Los diálogos de la pasión meditabunda]


Una escuela no es en rigor escuela de verdad hasta que su puerta se abre. Escuela quiere decir para nosotros--para los europeos - doctrina abierta; nunca, casta cerrada.
[Eugenio D'Ors y Rovira (1882-19..), Hambre y sed de verdad: El espíritu y la calle]


¿Qué voluntad debe tener quien quiere hacerse filósofo? Debe animarle voluntad doble de encontrar la verdad y de no reposar en ella.
[Eugenio D'Ors y Rovira (1882-19..), El nuevo glosario: "Medulla philosophica"]


Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños.
[Khalil Gibran (1883-1931]


Filosofar es un buscar el camino para llegar a ser "sí mismo".
[Karl Jaspers (1883-1969), Sobre la filosofía]


El pensar filosófico tiene que ser original en todo momento. Tiene que llevarlo a cabo cada uno por sí mismo.
[Karl Jaspers (1883-1969), La filosofía desde el punto de vista de la existencia]


Frente a la vida, tal como ha sido diseñada, a la filosofía incumbe una sola tarea, pero de capital importancia: la racionalización de la vida.
[Juan Zaragueta (1883-1974), Perspectiva actual para una filosofía crítica]


Aquel que no haya vivido un problema filosófico, que no se haya visto oprimido por él, sencillamente no puede entender, de ninguna manera, lo que ha significado ese problema para los que lo han vivido.
[Gabriel Marcel (1889-1973), Esbozo de una filosofía concreta]


Después de todo, es posible que la metafísica no sea más que el arte de estar cierto de algo que no lo es, y la lógica, el arte de marchar en el error con confianza.
[Joseph Wood Krutch (1893-1970), The Modern Temper]


¡Qué es la filosofía en el mundo de hoy?
Más que nunca no tenemos filosofía, sino filosofías.
[José Ferrater Mora, (1912-....), Integración]


El filósofo ofrece su hospitalidad a personajes de toda laya, con la esperanza de que el diálogo entablado a su alrededor los mantenga reunidos, antes de que se les ocurra reasumir sus tareas particulares.
[José Ferrater Mora, (1912-....), Integración]


La filosofía es la reflexión humana. Es, por esto, pensar y repensar, volver sobre lo mismo, buscar mayor amplitud, más alcance, más universalidad a las ideas.
[Jesús Guisa y Azevedo (1915-....), El Cardenal Mercier]


Aristóteles escala la más alta cumbre de la filosofía griega y deviene maestro universal. Teórico insuperable de la ciencia, crea el instrumento del saber (la lógica), se aplica al estudio de la naturaleza (la física), y asciende a la consideración del ente en cuanto tal (la metafísica), y de allí desciende a la organización del saber moral (la ética).
Ángel González Álvarez (....-....)]


La filosofía, por lo mismo que no se refiere al "aquí" y al "ahora", ni alberga ninguna intención de inmediata utilidad para la vida, representa una de las potencias espirituales mayores que nos preservan de sumirnos en la barbarie.
[I. M. Bochenski (....-....)]


La filosofía no es otra cosa que el sentido común en traje de etiqueta.
[Olmer S. Braston (....-....), Philosophy]


Soportar y perdonar es buena filosofía.
[…]


Sólo somos verdaderos filósofos en aquellas cosas que nos interesan poco.
[…]


Todo lo que sucede en el universo es para corregir nuestro juicio.
[…]


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Opiniones generadas en el SIGLO DE LAS LUCES y cuando campeaba el ROMANTICISMO


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Considero la Sagrada Escritura como la más sublime filosofía.
[Isaac Newton (1643-1727)]


La filosofía debe levantar y dirigir al hombre caído y débil; no retorcer su naturaleza ni abandonarlo en su corrupción.
[Juan Bautista Vico (1668-1744), Ciencia nueva]


En todo caso, debe mantenerse en posesión la doctrina antigua mientras no presente mejores derechos la nueva.
[Benito Jerónimo Feijóo y Montenegro (1676-1764), Teatro crítico universal]


La buena filosofía comienza con la duda, pero no termina nunca con la obstinación.
[Abate Galiani (1681-1753), Dialoghi]


Desde Tales hasta los más quiméricos charlatanes, no hubo ningún filósofo que influyese ni siquiera en las costumbres de la calle donde vivía.
[Voltaire (1694-1778)]


Esta vida es una lucha permanente, y la filosofía es el único emplasto que podemos aplicar a las heridas que de todas partes recibimos.
[Voltaire (1694-1778), Lettre à Mme. Du Deffand]


El primer paso hacia la filosofía es la incredulidad.
[Denis Diderot (1713-1784)]


El filósofo es un insensato que se atormenta mientras vive para que se hable de él después de muerto.
[Jean Le Rond d'Alembert (1717-1783)]


El que quiera llegar a ser verdadero filósofo, tiene que ejercitarse en hacer de su razón un uso libre y no meramente imitativo y mecánico.
[Immanuel Kant (1724-1804), Introducción a la lógica]


La filosofía no puede contribuir a nuestra felicidad más que disminuyendo nuestras miserias.
[Oliver Goldsmith (1730-1774), The Citizen of the World]


La mejor filosofía, en relación con el mundo, consiste en unir el sarcasmo de la alegría con la indulgencia del desprecio.
[Sébastien-Roch N. Chamfort (1740-1794)]


La filosofía como la medicina, dispone de muchas drogas y poquísimos buenos remedios.
[Sébastien-Roch N. Chamfort (1740-1794), Maximes et pensées]


Yo afirmaría de buena gana de los metafísicos lo que Escalígero decía de los vascos. Aseguran que se entienden entre sí, mas yo no lo creo.
[Sébastien-Roch N. Chamfort (1740-1794), Maximes et pensées]


La filosofía triunfa sobre los males pasados y los por venir; pero los males presentes triunfan sobre ella.
[François de La Rochefoucauld (1747-1827), Réflexions morales]


La metafísica de los filósofos no es más que el sentido común en lenguaje intrincado.
[Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832)]


Sobre las rosas se puede filosofar; tratándose de patatas, hay que comer.
[Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832)]


Si hacemos que las verdades se dobleguen ante las dificultades, se acabó la filosofía.
[Joseph de Maistre (1753-1821), Les soirées de Saint Petersbourg]


Poca filosofía aparta de la religión; mucha, conduce a ella.
[Antoine Rivarol (1753-1801), Maximes et pensées]


Recordad que la filosofía tiene su musa, y que no debe ser una oficina de razonamientos.
[Joseph Joubert (1754-1824), Pensées]


Fíjate en ti mismo. Desvía tu mirada de todo lo que te rodea y dirígela a tu interior. He aquí la primera petición que hace la filosofía a su aprendiz.
[Johann Gottlieb Fichte (1762-1814), Introducción a la teoría de la ciencia]


Qué clase de filosofía se elija depende de qué clase de hombre se es. Un sistema filosófico no es como un ajuar muerto, que se puede dejar o tomar, según nos plazca; sino que está animado por el alma del hombre que lo adopta.
[Johann Gottlieb Fichte (1762-1814), Introducción a la teoría de la ciencia]


La filosofía es la ciencia objetiva de la verdad, un conocimiento comprensivo; no opinión ni urdimbre de opiniones.
[Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), Historia de la filosofía]


Toda la ciencia se convierte en poesía, después de haberse convertido en filosofía.
[Novalis, Freiherr von Hardenberg (1772-1801)]


Propiamente hablando, la filosofía no es sino nostalgia, un deseo apremiante de encontrarse en casa.
[Novalis, Freiherr von Hardenberg (1772-1801), Fragmente aus dem Nachlass]


Soy de opinión que la filosofía absolutamente pura y totalmente abstraída de nuestras concupiscencias y pasiones, en vez de servirnos, nos reporta poco o ningún bien. Puede suceder que recibamos tanta luz que no podamos ver, y tanta filosofía que nos volvamos peores que imbéciles.
[Walter Savage Landor (1775-1864), Imaginary conversations: Marcus Tullius Quinctus Cicero]


Mi opinión es que la verdad no es (hablando con razón) el principal y último objeto de la filosofía; sino que, por el contrario, la filosofía debe buscar la verdad únicamente como un medio para adquirir y extender la felicidad.
[Walter Savage Landor (1775-1864), Imaginary conversations: Rousseau and Malesherbes]


La filosofía no siempre juega limpiamente con nosotros. Después de invitarnos, frecuentemente rehuye nuestra compañía y nos abandona cuando nos ha alejado de nuestra casa por caminos sumamente extraviados.
[Walter Savage Landor (1775-1864), Pericles and Aspasia]


La filosofía no es más que pan duro; por más sano que sea, los hombres no se alimentan con él. Necesitan el manjar suculento y la copa excitante de la religión.
[Walter Savage Landor (1775-1864), Pericles and Aspasia]


En filosofía, y particularmente en moral, no hay errores innocuos. La vuelta del error a la ignorancia es un progreso.
[Alessandro Manzoni (1785-1873), Morale cattolica]

Como yo no soy profesor de filosofía, no tengo necesidad de hacer reverencia a la estupidez.
[Arthur Schopenhauer (1788-1860), Cuádruple raíz del principio de la razón suficiente]


El que se sienta poseído del amor a la filosofía la debe buscar a sus inmortales maestros en el santuario de sus obras mismas.
[Arthur Schopenhauer (1788-1860), El mundo como voluntad y representación]


¿No se desvanecen todos los encantos al solo contacto de la fría filosofía?
[John Keats (1795-1821), Lamia]


Ningún indicio mayor de ser poco filósofo o poco sabio, que pretender vivir siempre sabia y filosóficamente.
[Giacomo Leopardi (1798-1837), Pensieri]


El género humano y cualquiera de sus partes, se divide en dos clases: unos empuñan el poder, y otros lo sufren. No hay ley, ni fuerza, ni progreso filosófico, ni cultural, que pueda impedir el que un hombre nacido o por nacer no sea o de aquéllos o de éstos; no queda más que la elección para quien pueda elegir. Verdad es que no todos pueden, ni siempre.
[Giacomo Leopardi (1798-1837), Pensieri]


Lo que la filosofía tiene de práctico es que sirve para consolarnos de su inutilidad.
[Louis Auguste Commerson (1802-1879.)]


La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho.
[Victor Hugo (1802-1885)]


La música es la fe de un mundo cuya suprema filosofía es la poesía.
[Giuseppe Mazzini (1805-1872), Opere]


Filosofía: un agujero en las nubes, hecho con un sacacorchos.
[Jules Amedée Barbey d'Aurevilly (1808-1889)]


En los ratos en que seamos filósofos, que para todo hombre son ratos muy breves, reclamaremos sin cesar el derecho de examen, exigiremos evidencia, pediremos demostración seca. Quien reina en nombre de un principio, menester es que se resigne a sufrir los desacatos que dimanar pueden de las consecuencias.
[Jaime Balmes (1810-1848), Cartas a un escéptico]


En el vestíbulo mismo del templo de la filosofía, encontrará [usted] la duda y el escepticismo; y penetrando en su santuario oirá el orgullo disputando sobre objetos de poca entidad, ocupándose en juegos de palabras simbólicas e ininteligibles, y procurando en cuanto le es posible ocultar su ignorancia, eludiendo con una afectada preterición las cuestiones que más de cerca nos interesan, cuales son las relativas a Dios y al hombre.
[Jaime Balmes (1810-1848), Cartas a un escéptico]


Lo que en el fondo me hace falta es ver claro en mí mismo; saber "qué debo hacer" y no "qué debo conocer". Se trata de comprender mi destino, de encontrar la "idea" por la cual deseo vivir y morir.
[Sorem Kierkegaard (1813-1855)]


La filosofía quiere hermosear la vida, y la religión la llena.
[Antonio Aparisi y Guijarro (1815-1872)]


La filosofía no llega más allá de lo probable; cada afirmación suya mantiene en reserva una duda.
[James Anthony Froude (1818-1894), Short Studies on Great Subjects: Calvinism]


Nuestros sistemas son la expresión de nuestro carácter, la teoría de nuestra situación. Es decir, que nos gusta creer que es adquisición nuestra lo que en realidad no es sino un don, que tomamos a nuestras dotes naturales por obra nuestra, y a lo que nos es dado en suerte por una conquista nuestra. Ilusión nacida de la vanidad, y también de la necesidad de libertad.
[Henri Frédéric Amiel (1821-1881), Journal intime]


La experiencia y la filosofía que no conducen a la indulgencia y a la caridad, son dos adquisiciones que no valen lo que cuestan.
[Alejandro Dumas, hijo (1824-1895), Pensées]


El primer maestro de filosofía que tuvo la humanidad fue la serpiente del Paraíso.
[Manuel Tamayo y Baus (1829-1898)]


La filosofía es más que pensamiento: es el principio de la formación autónoma de la persona y de la sociedad.
[Wilhelm Dilthey (1833-1911), Tratado de las concepciones del mundo]



Un hombre que no tenga ninguna filosofía es el menos propicio e inaprovechable de todos los prójimos posibles.
[William James (1842-1910), La filosofía y sus críticos]


Las ciencias son ramas del árbol de la Filosofía. Tan pronto las preguntas fueron contestadas con exactitud, las respuestas fueron llamadas "científicas"; y lo que los hombres llaman hoy "filosofía" no es sino el residuo de cuestiones aún no contestadas.
[William James (1842-1910), La filosofía y sus críticos]


La filosofía es obra personal. . . Cada hombre construye su sistema, que no es sino la medida en que sabe tomar conciencia de su cultura y de sus disposiciones intelectuales y morales.
[Emile Boutroux (1845-1921), Ciencia y religión]


Metafísica es el hallazgo de malas razones para aquello en lo que instintivamente creemos.
[Francis Herbert Bradley (1846-1924), Appearance and reality]


El mejor sistema filosófico de todos es el de Jesucristo: el sistema de la benevolencia.
[Carlo Dossi (1849-1910)]


Con los libros de teología y filosofía se genera una fatiga extraordinaria por comprender que cuanto se alcanza a comprender no valía la pena de ser comprendido.
[Carlo Dossi (1849-1910), Note azzurre]


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Opiniones que provienen del MEDIOEVO y el RENACIMIENTO


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Filosofía es el conocimiento de las cosas humanas y divinas junto con el deseo de una vida honesta.
[San Isidoro (560-636), Etimologiarum]


"Pobre y desnuda vas, Filosofía", dice el vulgo que al lucro vil se entrega.
[Francesco Petrarca (1304-1374), Il Canzoniere]


Las letras y sabiduría, tanto cuanto facilitan al hombre ingenioso para discurrir y filosofar, tanto y mucho más entorpecen al necio.
[Juan Huarte de San Juan (1530-1592), Examen de ingenios para las ciencias]


El que ha de tener verdadera ciencia de las cosas ha de estar firme y quieto, sin temor ni recelo de lo que podría engañar; y el filósofo que no está desta manera, con mucha verdad podrá decir y afirmar que no sabe nada.
[Juan Huarte de San Juan (1530-1592), Examen de ingenios para las ciencias]


Filosofar no es sino aprestarse a morir.
[Michel E. de Montaigne (1533-1592), Essais]


La admiración es el fundamento de toda la filosofía; la investigación, su progreso, y la ignorancia, su meta.
[Michel E. de Montaigne (1533-1592), Essais]


Los filósofos establecen leyes, y normas imaginarias para utópicas comunidades humanas; sus razonamientos son como las estrellas, que dan muy poca luz porque están muy altas.
[Francis Bacon (1561-1626), Advancement of Learning: Civil knowledge]


Poca filosofía inclina la mente del hombre al ateísmo; mas la profundidad en la filosofía la conduce al entendimiento de los hombres a la religión.
[Francis Bacon (1561-1626), Essays]


No hay metafísico capaz de soportar con paciencia un dolor de muelas.
[William Shakespeare (1564-1616)]


Los filósofos viven en la luna.
[John Ford (1586-1639), The Lover's Melancholy]


Primero vivir, después filosofar.
[Thomas Hobbes (1588-1679)]


La filosofía es la que nos distingue de los salvajes y bárbaros; las naciones son tanto más civilizadas y cultas cuanto mejor filosofan sus hombres.
[René Descartes (1596-1650), Principia philosophiae]


Burlarse de la filosofía también es, ciertamente, filosofar.
[Blaise Pascal (1600-1662)]


Creer solamente en lo posible no es fe, sino simple filosofía.
[Sir Thomas Browne (1605-1682), Religio Medici]


¡Qué encanto hay en la divina filosofía que no es dura y escabrosa, como suponen los necios, sino armoniosa como la lira de Apolo!
[John Milton (1608-1674), Comus]


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Opiniones que se remontan a la ANTIGÜEDAD


Tales de Mileto (625-546 AC), fundador de la escuela de los milecios, es, como dice Aristóteles, el padre de la Filosofía, por haber sido el primero en indagar de qué elemento están hechos todos los seres.

El príncipe Vardhamana (599-527 AC), gran héroe o "Mahavira", fundador del jainismo, filosofía y religión cuyo ideal es no conquistar a otros, sino conquistarse a sí mismo, sentenció: "Dentro de ti está la salvación".

El taoísmo, filosofía derivada del Tao Te King, es un sistema cuyas máximas buscan el camino hacia una humanidad feliz, viviendo en un Estado Ideal.

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El silencio es la primera piedra del templo de la filosofía.
[Pitágoras (580-500 AC)]


Filosofía es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta.
[Sócrates (469-399 AC), Jenofonte]


Lo que he ganado de la filosofía es cierta aptitud para sentirme a mis anchas en medio de la sociedad.
[Arístipo (435-366 AC) (En Diógenes Laercio: Arístipo)]


Es preciso que la filosofía sea un saber especial, de los primeros principios y de las primeras causas.
[Aristóteles (385-322 AC), Metafísica]


Lo que se necesita es la verdadera búsqueda de la filosofía; no requerimos del aspecto saludable sino del disfrute de ello en la verdad.
[Afirmación atribuida a Epicuro (341-270 AC), Las máximas del Vaticano]


En una disputa filosófica, el derrotado es quien más gana, en razón de ser el que más aprende.
[Afirmación atribuida a Epicuro (341-270 AC), Las máximas del Vaticano]


No puede decirse ninguna cosa tan absurda que antes no la haya dicho algún filósofo.
[Cicerón (106-43 AC), De divinatione]


Prefiero equivocarme con Platón a sentirme en lo cierto con otros.
[Cicerón (106-43 AC), Disputationes Tusculanae]


a vida entera de los filósofos no es otra cosa que una meditación sobre la muerte.
[Cicerón (106-43 AC), Disputationes Tusculanae]


La filosofía es, en verdad, la medicina del espíritu.
[Cicerón (106-43 AC), Disputationes Tusculanae]


¡Oh Filosofía, indagadora de la virtud y ahuyentadora de los vicios!

Tú fundaste las ciudades, tú juntaste en sociedad a los hombres dispersos, tú los enlazaste entre sí, primero con el domicilio y luego con el matrimonio.

Tú fuiste la inventora de las leyes, tú maestra de las costumbres y de la disciplina.

Tú nos comunicaste la serenidad de la vida y desterraste los terrores de la muerte.
[Cicerón (106-43 AC), Disputationes Tusculanae]


La historia es una filosofía en ejemplos.
[Dionisio de Halicarnaso (..-20 AC)]


La suma de la vida dichosa consiste en una sólida tranquilidad.
[Proposición de filosofía escolástica]


Más puede negar un asno que probar un filósofo.
[Adagio escolástico]


¿Qué podrías admirar en la filosofía?

Su misión única es hallar la verdad en las cosas divinas y humanas.

Es maestra no de las manos, sino de las almas.

Es autora de paz, y llama al linaje humano a la concordia.
[Séneca (4 AC-65), Epistolae ad Lucilium]


El vivir es un don de los dioses inmortales, pero el vivir bien es un don de la filosofía.
[Séneca (4 AC-65), Epistolae ad Lucilium]


El vivir es un don de los dioses inmortales; y el vivir bien es un fruto de la filosofía.
[Séneca (4 AC-65), Epistolae XC]


Toda la filosofía se basa en dos palabras: sustentarse y abstenerse.
[Epicteto (55-135)]


El comienzo de la filosofía es la conciencia de la propia debilidad e impotencia humana frente a los problemas de esencial importancia en la vida.
[Epicteto (55-135), Discursos]


Por filosofía no entiendo la estoica, la epicúrea o la aristotélica, sino a lo que estas escuelas hayan enseñado que sea conforme a la verdad, a la justicia, a la piedad, a esto llamo yo selecta filosofía.
[San Clemente de Alejandría (150-215)]


La barba no hace al filósofo.
[Plutarco (...-432)]


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Antología de expresiones sobre filosofía generadas durante:


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Las doctrinas principales de Epicuro

Interpretaciones contemporáneas por Ken Mylott  (versión en castellano de Sergio Sotomayor Prat)


1: Si Dios es perfecto, Él está siempre en paz y no puede enojarse o molestarse con nadie o por nada, porque el disgustarse sólo es propiedad de un ser imperfecto. De igual manera, si Dios es perfecto, Él no necesita ni desea nada de nadie, ya que si Él necesitase o desease algo, no sería Dios sino un ser infeliz e imperfecto.

2: La muerte no es nada para nosotros, una vez que el cuerpo y el cerebro se convierten en polvo y cenizas, no hay sentimiento ni pensamiento, y lo que no tiene sentimiento o pensamiento es nada para nosotros.

3: Lo máximo en el placer es estar libre de todo dolor y molestia, tanto en el cuerpo como en la mente. Cuando este placer está presente, todo el dolor está ausente.

4: Las enfermedades que provocan un dolor atormentador duran sólo corto tiempo, luego de ello uno está libre. Las enfermedades que acarrean un dolor atenuado pueden durar largo tiempo, pero es posible vivir de forma tal que los placeres de la vida superan con largueza las molestias. En ambos casos, el dolor no es algo que uno deba temer.

5: Es imposible ser feliz sin también ser sabio, honorable y honesto, y es imposible ser sabio, honorable y honesto sin también ser feliz. La felicidad es tan dependiente de la práctica de la sabiduría, el honor y la honestidad que ser negligente con sólo uno de estos valores conducirá irremediablemente a problemas y lamentaciones en la vida.

6: Absolutamente todo lo que nos aleje de ser dañado por la gente es bueno y correcto.

7: Algunos hombres y mujeres desean ser famosos y bien conocidos porque piensan que esto hará que sus vidas estén a salvo de riesgos. Si la fama acarrea la seguridad, es bueno y correcto desear ser famoso; pero si una vida famosa trae más problemas que una vida oscura, es tonto desear lo que es realmente malo para nosotros.

8: No hay placer que sea malo en sí mismo. Lo que es malo son las desagradables consecuencias que puedan resultar si no se usa la cabeza cuando se decide qué placeres perseguir y cuáles evitar.

9: Si todo placer permaneciese y afectase a todo el cuerpo y no sólo a una o dos partes, no habría diferencia entre un placer u otro; todos ellos serían igualmente deseables.

10: Si las cosas que provocan placer a los hombres y mujeres licenciosos los liberase de tener mentes perturbadas, es decir, si una vida así los liberase del temor a Dios, el temor a la muerte y el temor al dolor, y si aquellas cosas les enseñaran cómo manejar racionalmente sus deseos, no veríamos nada malo con esos hombres y mujeres; ellos habrían alcanzado la cima del placer y estarían libres de todo el sufrimiento corporal y mental, que es el principio y el fin de todo el mal.

11: Si nuestra paz mental no fuera disturbada por ideas supersticiosas sobre cometas, estrellas fugaces y otros tipos de fenómenos astronómicos, o por pensar en la muerte (lo que realmente es nada para nosotros), así como por nuestra carencia de entendimiento de los limites del sufrimiento y cómo manejar racionalmente nuestros deseos, no tendríamos necesidad alguna de adquirir un cabal entendimiento científico de la naturaleza.

12: Una persona no puede estar libre de la mayoría de los temores que preocupan sobre el universo en tanto carezca de un cabal entendimiento científico de la naturaleza y crea más bien en leyendas, parábolas y mitos. Sin un cabal entendimiento científico de la naturaleza uno no puede alcanzar la cima del placer.

13: No hay razón para luchar denodadamente por lograr seguridad física y mental ante aquellos quienes pueden dañarnos si nuestra paz mental puede ser fácilmente atacada y destruida por temores y ansiedades que provienen de un entendimiento no científico de por qué la naturaleza se comporta como lo hace en el cielo, en la tierra, o en cualquier otro lugar del universo.

14: Si bien buena parte de sentirnos a salvo de otros pudiera posiblemente obtenerse a través de acumular gran riqueza y poder, la seguridad, la protección y la tranquilidad serían más ciertamente nuestras si simplemente viviésemos una vida calmada y sencilla, retirada del mundo.

15: Entiende que la verdadera riqueza es tener lo que realmente se necesita para una vida feliz y averiguarás cuán fácil es satisfacerla completamente; cree, erróneamente, que la riqueza consiste en poseer todo lo que uno pudiera posiblemente imaginar y soñar, y no habrá nunca un término para tus afanes y sudores.

16: Al manejar continuamente los asuntos más importantes de la vida de acuerdo con los dictados de la razón, el hombre, o la mujer, sabio construye una defensa de por vida contra las desdichas y dificultades, y rara vez sufre por ellas.

17: El individuo honesto tiene más paz mental que nadie; es el hombre o mujer deshonesto quien siempre tiene alguna razón para preocuparse y sentirse ansioso.

18: Tan pronto como se ha alcanzado la cima del placer físico a través de la satisfacción del ansia corporal, no hay mayor placer que disfrutar por sobre ello; uno ha alcanzado un nivel que no puede ser superado. En ese punto, uno puede variar el tipo de placer; uno no puede incrementar la intensidad. El placer mental también tiene un límite natural que no puede ser superado y este es lo siguiente: la paz de mente que resulta del entendimiento racional y la búsqueda del placer y de un cabal entendimiento científico de aquellas cosas que acostumbraban llenar la mente con temor y estremecimiento.

19: Una vida inmortal no proveería una oportunidad para ningún placer adicional de lo que esta vida mortal provee. Un entendimiento racional de la felicidad esclarece el hecho de que la cima del placer se logra aquí y ahora, en esta vida, y no puede ser superada, ni aún si uno pudiera vivir para siempre.

20: Si no hubiera ningún límite natural para el placer, tomaría una eternidad satisfacer el número infinito de deseos que uno pudiera imaginar y soñar. La mente, sin embargo, es capaz de descubrir el límite natural y la cima del placer; es además capaz de liberarnos de todos los temores de cualquier vida después de la muerte, de forma que no necesitamos, ni deseamos, ni tememos a la eternidad. Por lo tanto, aún si nos llegase la hora de partir de esta vida, podemos acercarnos a nuestro descanso final con la absoluta confianza que hemos gozado todo el placer que fue posible gozar.

21: El individuo que aprende cuáles son los límites naturales del placer sabe cuán poco se requiere verdaderamente para satisfacer sus necesidades y tener una vida feliz, y cuán fácil es obtenerla. Por lo tanto, es innecesario malgastar su vida luchando y fatigándose.

22: En la toma de toda decisión, el principio básico debiera ser el objetivo último de la vida que tenemos frente a nosotros y lo que realmente sabemos y hemos experimentado (en lugar de lo que otros alocadamente imaginan): si nos apartamos de esta norma, nos veremos abrumados con la duda y la confusión.

23: Si negamos o descartamos todo aquello que sabemos y hemos experimentado, no quedará nada para servirnos como principio fundamental cuando requiramos formarnos una opinión sobre cualquier asunto, ni siquiera aquellos puntos de vista que reconocemos como falsos.

24: La confianza absoluta al determinar lo que es cierto y lo que es alucinatorio es sólo posible si aprendemos a distinguir claramente entre aquellas ideas que se basan en lo que sabemos y hemos experimentado y aquellas otras que tienen su origen en la imaginación y nada más. En otras palabras, si damos la misma autoridad a la imaginación y a nuestros sentimientos internos que el que damos a lo que sabemos y hemos experimentado, nunca estaremos completamente seguros respecto de nada, toda vez que no habrá un principio básico con el cual eliminar la duda y la confusión.

25: Si no tenemos claro en nuestra mente el objetivo último cuando requiramos tomar una determinación sobre seguir o evitar un particular placer o dolor, y procedemos en nuestra decisión de acuerdo con algún criterio menos reflexionado, nuestro comportamiento no será consistente con nuestros principios.

El Hedonismo y la Vida Feliz: La teoría epicúrea del placer

por Erik Anderson (Traducción al castellano de Sergio Sotomayor Prat)

 Epicuro de Samos (341-270 AC) es aclamado universalmente como el filósofo campeón del hedonismo, pero su real visión sobre el tema del placer no es comúnmente comprendida. Muchos historiadores medievales lo representan como un glotón licencioso, mientras que muchos de los modernos lo describen como un predicador de "placeres con moderación", o incluso como un asceta. Ninguna de estas representaciones es correcta. Sin embargo, la doctrina que él enseñó hace largo tiempo en su jardín en Atenas es igualmente inspiradora y convincente aún en nuestros días y, por tanto, digna de nuestra investigación.

Epicuro abogaba por una vida de continuo placer como clave para la felicidad—el objetivo de sus enseñanzas morales. Su gran perspicacia para satisfacer este fin consistía en identificar el límite de nuestra habilidad para experimentar el placer en cualquier momento. Él estipuló que a partir de un determinado nivel máximo no es posible que el placer tenga un incremento de intensidad, aunque es probable que las sensaciones que sostienen este dichoso pináculo del placer varíen continuamente. Él denominó a esta experiencia punta como ataraxia—palabra griega que significa "imperturbabilidad".

Esta es una importante definición, toda vez que la noción de placer es comúnmente concebida como la de algo que excita los sentidos—pero este no es siempre el caso. Epicuro clasificó a los placeres sensuales como placeres en movimiento; ellos nos mueven a su vez hacia otro tipo de placer: el estado de ataraxia, que es placentero por sí mismo. Él no urgió a sus estudiantes a embarcarse precipitadamente en una persecución interminable de la estimulación transitoria, sino más bien en la búsqueda de una saciedad perdurable. Esta propuesta no significaba desestimar la sensualidad como vicio, sino establecer, más bien, la relación adecuada entre los tipos de placer.

Para Epicuro la presencia del placer es sinónimo de ausencia de dolor, o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, la tensión sexual, el aburrimiento, etc. El proceso de eliminar estos problemas ciertamente conlleva placeres sensuales, Epicuro una vez escribió: "Yo no sé cómo puedo concebir lo bueno, si elimino los placeres del gusto, y elimino los placeres del amor, y elimino los placeres del oído, y elimino las emociones placenteras causadas por la visión de una hermosa forma". Sin embargo, por más estimulante que sea este proceso, se trata sólo de un medio para perseguir un fin: la satisfacción. Considerar esta persecución como un fin en sí mismo, por contraste, inevitablemente nos conduciría a las ansiedades de la adicción.

"Ningún placer es algo malo en sí", Epicuro continúa diciéndonos en sus Doctrinas Principales, "pero los medios que producen algunos placeres conllevan alteraciones que muchas veces son mayores que los mismos placeres". Para ayudar a la especie humana a escoger sabiamente sus placeres, sabemos que Epicuro escribió un libro titulado "Sobre opción y abstinencia", pero este manuscrito no ha llegado a nosotros. Afortunadamente, sí contamos con otros trabajos suyos (junto con los comentarios de otros seguidores del epicureísmo a través de la historia), suficientes para capacitarnos en la reconstrucción de sus buenos consejos. Una máxima que ha llegado hasta nosotros, tomada de las Doctrinas Principales, sirve como buen punto de partida: "Entre los deseos, algunos son naturales y necesarios, algunos naturales y no necesarios, y otros ni naturales ni necesarios, sólo consagrados a la opinión vana". Nuestra disposición hacia cada uno de estos casos determina si estamos aptos para intensificar o minar nuestra felicidad a través del tiempo.

La clase de los deseos "naturales y necesarios" es la de aquellas ansias que necesariamente conducen a mayores penas si no son satisfechas; sin embargo, en circunstancias normales, ellas pueden ser satisfechas de manera más bien fácil. Estas incluyen nuestras necesidades físicas básicas—principal entre ellas está la alimentación (con respecto a esto, Epicuro escribió su epigrama de mayor notoriedad: "la felicidad comienza en el estómago", un dicho que originó la imagen de Epicuro, históricamente imprecisa, como conocedor culinario y dio origen a que en el idioma Inglés se acuñase la palabra "epicure" para referirse a una persona de gustos refinados, especialmente en el comer y el beber). La salud, el abrigo y el sentido de seguridad también pertenecen a esta categoría.

La clase de deseos "naturales e innecesarios" son aquellas ansias que no necesariamente conducen a mayor sufrimiento si no son satisfechas, aunque, una vez más, su satisfacción pudiera obtenerse fácilmente. Estos apetitos son aquellos de naturaleza recreativa: la gratificación sexual, la conversación placentera, las artes, los deportes, los viajes, etc.

Finalmente, la clase de deseos "innaturales e innecesarios" corresponden a aquellas ansias que no necesariamente conducen a un mayor sufrimiento de no ser satisfechas, antes bien se materializan al precio de una carga permanente, tal es el caso de la fama, el poder político, la riqueza extraordinaria y otras ambiciones que conllevan los atavíos del prestigio.

Al tratar con cada una de las clases de deseos, Epicuro recomienda las siguientes estrategias: [1] Deberíamos intentar satisfacer los deseos necesarios de la forma más económica posible. Así, una dieta predominantemente simple y nutritiva satisfará el hambre y la salud, una morada modesta puede adecuadamente proveer bienestar físico, y las buenas amistades mucho servirán para ayudarse mutuamente en tiempos de infortunio. El estudio de la naturaleza del universo, de forma tal que podamos confiadamente rechazar los absurdos de las supersticiones, es también esencial para mejorar nuestro sentido de seguridad. [2] Nuestra eficiencia al enfrentar lo anterior nos da más libertad y recursos para explorar la gran variedad de deseos "naturales e innecesarios". Podemos perseguir esto hasta la satisfacción de nuestro corazón, es decir, hasta el punto del placer máximo — pero no más allá, no sea que interfiramos con nuestros objetivos establecidos en [1]. Por ejemplo, nunca deberíamos arriesgar nuestra salud, nuestras amistades, nuestras finanzas o nuestra condición legal por perseguir un deseo innecesario. Ante tal coyuntura lo mejor es desviar nuestra atención hacia algún otro deseo en esta abundante categoría a fin de no admitir que nuestros placeres se mezclen con las perspectivas de un sufrimiento futuro. [3] Finalmente, llegamos a los deseos "innaturales e innecesarios", para los cuales el consejo de Epicuro es inequívoco : deberíamos evitarlos por completo. El placer producido por la satisfacción de deseos innaturales es demasiado efímero para ser digno de nuestra persecución cuando se les compara con el largo alcance de los respectivos costos. Podemos, por ejemplo, paladear los logros de la fama; sin embargo, en nuestro siglo ya lo sabemos, aunque duren sólo quince minutos luego puede que tengamos que soportar a los cazadores de noticias por un larguísimo tiempo. El poder político atrae a usurpadores y asesinos; la riqueza opulenta atrae a ladrones y políticos (o a los recolectores de impuestos). No es novedad alguna que una máxima epicúrea sentencie: "¡Vive en el anonimato!".

Aunque buena cuantía de este consejo parezca del más mínimo sentido común, ¿cuántos de nosotros hemos tratado muy a menudo de vivir fuera del sentido común: conduciéndonos más allá de nuestros medios, actuando en contra de nuestro buen juicio para cubrir las apariencias, convirtiéndonos en alcohólicos, trabajólicos, adictos a la comida chatarra — aunque lo "sabemos bien"? Hay una gran cantidad de moralistas que nos imploran que conduzcamos nuestros asuntos más sabiamente, pero somos propensos a rechazar sus métodos: ellos condenan nuestro deseo natural por el placer como pecaminoso, y luego continúan encasillando la moralidad en términos de intereses abstractos de la "sociedad", o por los obscuros edictos de una deidad invisible. Cuando nos ajustamos a este camino, ¿estamos más inclinados a someternos o a rebelarnos a ese consejo, ante la exasperación del momento?

El mensaje epicúreo, sin embargo, con su enfoque sobre el placer como base natural de la moralidad, tiene más fuerza para resistir. Cuando un epicúreo contempla el placer lo hace ponderando más ampliamente el cómo lograr que éste se maximice. Él puede abstenerse de ciertos placeres, pero actúa así para ganar aún más placer en el futuro, de manera alguna para desechar el placer en sí mismo. Es más, cualquiera de nosotros puede entrar en contacto con nuestros sentimientos en cualquier situación, si nos molestamos en hacer una pausa en busca de un momento de introspección — todos estamos calificados para convertirnos en nuestros propios intérpretes morales.

En el antiguo mundo del Mediterráneo, la filosofía epicúrea ganó un sinnúmero de adherentes. Fue una escuela de pensamiento muy prominente por un lapso de siete siglos después de la muerte de Epicuro, pero, subsiguientemente, fue forzada a una virtual inexistencia ante la violenta embestida de la Edad Media. Fue durante ese sombrío período de la historia cuando la especie humana desacreditó, perdió y destruyó la mayor parte de los escritos de Epicuro. Hoy, contrariamente, al rayar el alba de la era de la información, las remanentes doctrinas epicúreas están disponibles en todo el mundo a través de Internet, en documentos interconectados con el nuevo formato de hipertexto. El ideal de felicidad en virtud de los placeres perpetuos puede nuevamente llegar a ser prominente.

¿Qué es su placer? (Una aproximación funcional a la búsqueda de la felicidad)

por Erik Anderson [Traducción al castellano de Sergio Sotomayor Prat]

Epicuro consideró a la ataraxia, la experiencia del alma que satisface la felicidad emocional, como el objetivo moral de su filosofía. A este atractivo estado de la mente se le suponía estar fuertemente arraigado en la naturaleza. En nuestra era post-Darwiniana no es difícil entender por qué. Las búsquedas conscientes que han tenido una base histórica probada para avanzar en la supervivencia genética son, de manera natural, experimentadas como recompensas psicológicas—¿por qué otra razón alguien se sentiría motivado a emprenderlas?

Sin embargo, no hay actividad que indefinidamente se experimente como placentera, de otra forma uno podría verse inspirado a dedicar cada hora despierto a una sola tarea (como en el caso de los experimentos con animales de laboratorio que interminablemente oprimen una palanca para recibir estimulación intracraneal en los centros de placer de sus cerebros a través de electrodos implantados—para mayores detalles referirse al libro clásico de H. J. Campbell, Las áreas del placer, 1973). Ciertamente, tal como Epicuro lo establece en su octava doctrina principal:

                                   Si todo placer pudiera intensificarse a fin de que durase y de que influenciase a todo el organismo o
                                     a las partes más esenciales de nuestra naturaleza, los placeres nunca diferirían unos de otros.

Las limitaciones naturales para acceder a cualquier fuente de placer nos motiva a buscar una variedad de actividades placenteras—pero la variedad no es infinita. La satisfacción emocional quizás se vea optimizada a través de una rotación de las actividades vitales en una profundidad y amplitud apropiadas para el nicho ecológico humano—por ejemplo, comer, juntarse, aparearse, explorar, cazar, aprender, contemplar, innovar, y cualquier otra cosa que consistentemente contribuya a la viabilidad de nuestra especie.

Probablemente, nuestros ancestros prehistóricos alcanzaron la ataraxia como resultado de su rutina, toda vez que su simple existencia era totalmente compatible con los precedentes millones de años de condicionamiento genético que dieron forma a los instintos humanos. Pero con el advenimiento de civilizaciones sofisticadas, los estilos de vida humanos llegaron a especializarse como “divisiones del trabajo” multiplicadas. Los individuos que hacían muy bien sólo una cosa, conectándose a través de eficientes sistemas de intercambio en el mercado, crearon enormes brechas en la disponibilidad de recursos materiales. Sin embargo, la explosión demográfica resultante no había borrado de manera alguna un anhelo orgánico compartido de perseguir un estilo de vida más “redondo.”

Por ello las recompensas de la especialización no llegaron sin un costo emocional—pero esta concesión no quedó sin remedio. Para mitigar el penoso trabajo diario, la humanidad simultáneamente había concebido numerosas diversiones que colectivamente nosotros observamos como escapes recreacionales: las vacaciones, las artes, las aficiones, los deportes, los clubes, las fiestas, las citas, el salir a comer o a bailar, y muchas otras facetas del tiempo libre. Nosotros encontramos que estos pasatiempos son intrínsecamente placenteros porque ellos incorporan atributos esenciales de los estilos de vida prehistóricos. “Pasándolo bien” es como honramos a nuestra herencia evolutiva.

El resaltar estos atributos invocaría un puzzle con muchas variables posibles y con ninguna solución definitiva. No obstante, una abstracción poco trabajada puede probar ser útil, si es que ella puede guiarnos hacia lograr la ecuanimidad espiritual. La siguiente matriz conceptual, compuesta de seis categorías, es el producto de mi propio intento:


La partición lateral diferencia los ambientes de experiencia externos versus los internos, mientras que las tres columnas caracterizan diferentes intensidades del esfuerzo volitivo. Las categorías resultantes— sensación, aventura, misión, imaginación, comunicación, y especulación—podrían ser consideradas como seis rutas fundamentales a placeres que vigorizan el alma humana.

Por lo tanto, examinemos esta perspectiva de seis pliegos en más detalle:

Presentaciones espontáneas: los placeres sensuales se derivan de cualquier experiencia sensorial que nosotros consideremos gratificante en y por sí misma. De esos placeres, reprimir nuestros apetitos sexuales y estomacales es principalísimo en la lista de las preocupaciones humanas. Pero más allá de los obvios ejemplos referidos a los encuentros amorosos y a las comidas deliciosas, recibimos los placeres sensoriales en muchas formas: un abrazo de reunión con una compañía extraviada, un masaje de relajación, una tina caliente, un baño de vapor, una bocanada de aire fresco, el sabor de una bebida refrescante, el perfume efervescente de las flores y el follaje, los sonidos melodiosos y rítmicos de la música y la naturaleza, la visión de una mujer atractiva o de un hombre bien parecido, una obra de arte bien elaborada, una vista panorámica de los contornos de una ciudad o de la campiña, el mar, una puesta de sol, un cielo estrellado.

No hay dudas de que por abogar Epicuro por una filosofía del hedonismo es que la palabra moderna “epicúreo” llegó a identificar a alguien que está dedicado a la sensualidad—aunque, los visitantes de este sitio WEB ya deben darse cuenta de que el Epicureismo abarca un conjunto mucho más amplio de intereses. La sensualidad, sin embargo, permanece como un componente medular de la forma de vida epicúrea, según el mismo Epicuro lo clarifica en estas palabras:

                              Por mi parte yo no encuentro significado alguno que pueda adjuntar a lo que se denomina bueno,
                               si le quito a ello los placeres obtenidos por el gusto, si le retiro los placeres provenientes de
                               escuchar música, si le quito también el encanto obtenido por los ojos a partir de la visión de las figuras
                               danzantes, u otros placeres producidos por cualquiera de los sentidos del hombre como un todo.
                                …A menudo he consultado a los hombres considerados sabios qué podían ellos retener como
                                contenido de lo bueno si ellos quitaran aquellas cosas que he mencionado. A menos que ellos
                                quisieran verter palabras vacías, yo no pude aprender nada de ellos, y si ellos desean continuar
                                balbuciendo sobre virtudes y sabiduría, estarán hablando de nada excepto de la forma en que se
                                producen esos placeres que yo mencioné (de Cicerón en Controversias Tusculanas, 3.41).

Presentaciones interactivas: los placeres aventureros son las experiencias del goce cabal que recibimos de explorar lo desconocido. Nosotros, los seres humanos, nos deleitamos en la revelación—desde los trechos de tierra que quedan más allá del próximo horizonte hasta las fronteras cibernéticas de la red mundial computacional (World Wide Web). Encontramos similarmente gratificante descubrir la solución de cualquier misterio, puzzle, problema o enigma. Los juegos en que participamos— como actores o espectadores—también contienen elementos de sorpresa, parte de lo que los convierte en entretenimiento es cómo se desarrolla el giro de los acontecimientos. Y estamos perpetuamente fascinados con las novedades—sean ellas nuevas personas, lugares o cosas.

Presentaciones proactivas: los placeres orientados a la misión son evocados por la excitación de la persecución. Entre las más antiguas misiones humanas está, de seguro, la caza—y aún si quedan pocos que acechen animales salvajes como medio de supervivencia, la humanidad en su conjunto permanece perpetuamente comprometida en perseguir objetivos que nos den un “sentido de propósito”. Por ejemplo, aguzar una habilidad, planear un viaje, escoger un lugar especial al que llamar hogar, comprar mercancías, buscar su pareja, cultivar un jardín, desarrollar un negocio, criar los hijos, moldear un oficio, labores artísticas en general y otros trabajos manuales, procurarse una educación práctica, investigar un tópico esquivo, o ser autor de un tratado, un poema, una página WEB o un programa para computadores. Las entretenciones de todos los tipos—desde juegos de cartas a juegos de tableros, desde juegos de video hasta deportes al aire libre—invariablemente conllevan el logro de algún objetivo—ya sean de tipo cooperativo o competitivo. La vida misma puede ser jugada como el juego final—en tanto haya una meta bien definida.

Representaciones espontáneas: los placeres imaginarios emanan del reino de la fantasía. El hecho de que pasamos soñando en nuestras horas dedicadas al dormir es suficiente prueba de que el teatro de la imaginación juega un papel pivote en la psiquis humana—y no menos dispuestos pasamos soñando muchas horas de vigilia. Nuestros ensueños nos incitan con emoción, nos otorgan inspiración y estimulan la innovación. El cine, las bellas artes y la meditación pueden a menudo lograr resultados similares. Por otra parte, la actuación de algún rol, sea éste en el escenario, en el campo de juego, o en el trabajo, también puede hacernos sentir parte integral de algo más grande que nosotros mismos. Y de hecho muchos elementos de nuestras vidas pueden ser realizados más entretenidamente si elegimos despertar al gran soñador que hay dentro de nosotros, de forma que el viaje en la hora de gran ajetreo se convierte en una pista de carreras, el tambor colocado en el garaje parece como instalado en el escenario del concierto, el dinero de juego en un tablero de apuestas se convierte en un montón de riqueza, el tablero de ajedrez pasa a ser un explosivo campo de batalla, o la pantalla del computador cobra el rol de nuestra realidad virtual. Como niños, no encontramos dificultad en sumergirnos en la fantasía, y no estamos en situación peor si como adultos encontramos ocasiones apropiadas para hacer lo mismo.

Representaciones interactivas: los placeres comunicacionales se derivan de todas las facetas de la experiencia compartida. La mayoría de las comunicaciones humanas se desarrollan a través de un medio simbólico, el lenguaje, sea éste escrito, hablado o vía señas. Disfrutamos muy fácilmente del intercambio libre de ideas (brainstorming), del chismorreo y de otras formas relajadas de conversación. La "confesión" también es reconocida como “buena para el alma", especialmente cuando estamos confidenciándonos con nuestros amigos de mayor confianza. La vía escrita, en cartas, y ahora en correo electrónico (e-mail), son formas más estructuradas de comunicación simbólica que potencialmente pueden proveer placeres similares a través de cualquier brecha de espacio o tiempo. Por lo pronto, los medios informativos a menudo sacan provecho de su descubrimiento de que su audiencia confía en las “noticias” más como una forma de entretención que como una fuente de información.

La comunicación también puede ser llevada a cabo por medio del tocar y de la acción. Los besos y caricias del amante a menudo son más que sólo un deleite sensual, pues también son expresiones explícitas de afecto. La realización de las artes constituye otra vía para emitir expresiones de gran significación, más allá del uso de las palabras. Las destrezas también pueden utilizarse como demostración para el esclarecimiento de los demás, ya sea que la lección se refiera a cómo preparar una receta, reparar una cañería rota, o golpear debidamente la bola con el palo de golf—el ejemplo de mostrar con los movimientos físicos comunica mucho más de lo que nunca podría permitir la narración verbal.

Representaciones proactivas: los placeres especulativos emergen de las predicciones sobre el futuro. La aguda habilidad de la mente humana para modelar la realidad de forma natural nos tienta a contemplar escenarios condicionales del tipo "que-si" como preludio para la toma de decisiones. Las instituciones dedicadas a la investigación y a los juegos de azar nos permiten hacer apuestas sobre cuán precisamente se ajusta el resultado de eventos reales a nuestras expectativas. Ganar, en muchos tipos de juegos, depende a menudo de qué tan buenos somos en anticiparnos a las decisiones de nuestros oponentes. Las especulaciones también facilitan el avance del conocimiento, ya que al iniciarlas colocamos los cimientos para el descubrimiento. Además, una de las grandes fascinaciones humanas es la pronosticación—incluso cuando se sabe que los métodos utilizados son dudosos (tales como la astrología y otras formas de predicción). Especular respecto del futuro, cualquiera sea el tipo de especulaciones sobre el futuro, parece mejor que renunciar a cualquier intento mental previo.

Según lo señalado, estas seis vías fundamentales hacia el placer son suficientes para mantenernos felizmente ocupados a perpetuidad.  Siendo el equilibrio, y no la intensidad, la clave.  Para mantener una nutrición apropiada se requiere simplemente de que todas las vitaminas esenciales estén suficientemente presentes en nuestra dieta‑el mismo principio es aplicable a la mantención de la vitalidad de nuestro espíritu: la nutrición es maximizada por una dieta balanceada, y la felicidad es maximizada por un régimen balanceado de actividades placenteras.  Cuando carecemos de una vitamina esencial, las mega‑dosis de otras vitaminas no pueden compensar la deficiencia.  De igual manera, cuando descuidamos algunos aspectos de nuestra naturaleza no podemos llenar ese vacío incrementando nuestra devoción por otros aspectos de nuestra misma naturaleza.

Esta analogía aporta una pista al por qué la búsqueda de la felicidad, para tantas personas, a menudo se aparta del camino correcto.  Es porque ellos se zambullen en sus rutinas preferidas con una voracidad contra-productiva, de forma que sus sensaciones se convierten en obsesiones, sus aventuras pasan a ser desventuras, sus misiones derivan en cruzadas, su imaginación se convierte en escapismo, su comunicación en clamor y sus especulaciones en rumia.  Se descuida el equilibrio espiritual en favor de “vivir al límite”, lo que deriva en agotamiento emocional en vez de satisfacción emocional.


martes, 8 de diciembre de 2015

Capítulo XXI. Epicuro: el más grande profesor de la especie humana



"Si la doctrina que he expuesto es más clara y más luminosa que la misma luz del día; si ella se deriva enteramente de fuentes de la Naturaleza; si la confirmación de todo mi discurso descansa enteramente en la evidencia sin tendenciosidad y sin censura de los sentidos; si los balbucientes infantes, no sólo las bestias brutas impulsadas por las enseñanzas de la Naturaleza, casi encuentran voz para proclamar que no hay bienestar sino placer, que no hay sufrimiento sino dolor - y su juicio en estas materias no es ni sofisticado, ni tendencioso - ¿no deberíamos sentir la más grande gratitud hacia quien obtuvo esta expresión de la voz de la Naturaleza, y asió su importancia tan firme y cabalmente que ha guiado a todos los hombres de mente sana dentro de los senderos de paz y felicidad, de calma y reposo? Usted está dispuesto a pensar que él era ignorante. La razón es que él rehusó considerar alguna educación como valedera de tal nombre tras no ayudar a disciplinarnos en la felicidad. ¿Tuvo él que dedicar su tiempo, como tú nos alientas hacer a Triario y a mí, a leer cuidadosamente a los poetas, quienes nada sólido ni útil dan, sino mero entretenimiento frívolo? ¿Tuvo el que ocuparse como Platón de la música y la geometría, la aritmética y la astrología, las que partiendo de premisas falsas no pueden ser ciertas, y las que adicionalmente si fueran ciertas en nada contribuirían a hacer nuestras vidas más placenteras y por tanto mejores? ¿Tuvo él, digo yo, que estudiar artes como esas, y desatender la patrona de las artes, tan difícil y que retribuye tan prolíficamente, el arte de vivir? ¡No! Epicuro no era ignorante: los verdaderos filisteos son aquellos que nos piden continuar estudiando materias de tiempo antiguo que deberíamos estar avergonzados de no haberlas aprendido en la niñez.

Así, concluyendo, él agregó: "He expuesto mi propia visión, pero sólo con el objeto de saber cuál es su veredicto. No he tenido hasta ahora una oportunidad satisfactoria para escucharlo".







Capítulo XX. La amistad es altamente estimada por Epicuro, porque se basa en la utilidad



"Queda un tópico que es relevante con preeminencia a esta discusión, me refiero al asunto de la Amistad. La escuela a la que usted pertenece sostiene que si el placer es el Bien Principal, la amistad dejará de existir. Ahora, el pronunciamiento de Epicuro sobre la amistad es que de todos los medios discurridos por la sabiduría para alcanzar la felicidad, ninguno es más grande, ninguno más fructífero, ninguno más delicioso que la amistad. Él tampoco comentó esta doctrina a través de su elocuencia, sino, por el contrario, a través del ejemplo proveniente de su vida y su conducta. Qué tan gran cosa es la amistad ha sido mostrado por las historias místicas de la antigüedad. Revise las leyendas de tiempos remotos, y aún cuando ellas son abundantes y variadas, usted escasamente encontrará en ellas tres pares de amigos, empezando con Teseo y terminando con Orestes. Sin embargo Epicuro en casa sencilla y pequeña mantuvo una gran compañía de amigos, unidos por una estrecha simpatía y por el afecto; y esto continúa así hoy en la escuela epicúrea. Pero para regresar a nuestro tema, porque no hay necesidad de ejemplos personales, noto que el tópico de la amistad ha sido tratado por los epicúreos de tres maneras. -- [1] Algunos han negado que los placeres que afectan a nuestros amigos son deseados por nosotros en el mismo grado en que nosotros deseamos nuestros propios placeres. Algunos críticos han considerado que esta doctrina socava las bases mismas de la amistad; sin embargo, quienes la apoyan defienden su posición y en mi opinión no hay dificultad para apoyar sus razones. Ellos argumentan que la amistad no puede ser separada del placer como no lo pueden las virtudes, las que ya hemos discutido. Una vida solitaria, sin amigos, debe de estar acosada por peligros secretos y alarmas. Por ello es que la misma razón aconseja la adquisición de amigos; su posesión provee confianza y una esperanza firmemente arraigada de obtener placer. Tal como el odio, los celos y el desprecio son impedimentos para el placer, así la amistad es el más confiable preservador del placer, también creador de éste, tanto para nuestros amigos como para nosotros mismos. Nos brinda disfrute en el presente y nos inspira con esperanza para el futuro cercano y el lejano. De forma que no es posible asegurar la gratificación ininterrumpida en la vida sin la amistad, ni aún preservar la amistad misma a menos que amemos a nuestros amigos como a nosotros mismos. De aquí que esta carencia de egoísmo sí ocurre en la amistad, en tanto también la amistad está estrechamente conectada con el placer. Toda vez que nos regocijamos con la alegría de nuestros amigos tanto como con las nuestras, y nos afectamos igualmente por sus sufrimientos. Por lo tanto el Hombre Sabio sentirá exactamente igual hacia sus amigos como lo hace respecto de sí mismo, y se empeñará tanto por el placer de su amigo como lo haría por el propio. Todo lo que se ha dicho sobre la conexión esencial de las virtudes con el placer debe repetirse respecto de la Amistad. Epicuro dijo bien, transmito casi exactas sus palabras: `El mismo credo que nos da valor para vencer todos los temores por males permanentes o de larga duración, ha detectado que la amistad es nuestra más poderosa salvaguardia en el período de vida presente'. -- [2] Otros epicúreos, de manera alguna carentes de esta percepción, son un poco menos valientes para defender la crítica oprobiosa hacia la Academia. Ellos temen que si nosotros sostenemos que la amistad es deseable sólo por el placer que ésta nos provee a nosotros, se pensará que se le ha estropeado por completo. Por lo tanto, ellos dicen que los primeros contactos y proposiciones, y la inclinación original hacia formar un apego, son promovidos por el deseo del placer, pero que cuando el progreso del trato ha conducido a la intimidad, la relación florece en un afecto suficientemente fuerte para hacernos amar a nuestros amigos por ellos mismos, aunque ninguna ventaja práctica se obtenga de sus amistades. ¿Qué no es la familiaridad la que nos hace querer lugares, templos, ciudades, la gimnasia y los juegos, los caballos y los sabuesos, los espectáculos de gladiadores y las peleas con bestias salvajes? Luego, ¡qué tan natural y razonable que esto pudiera ser capaz de suceder en el trato con nuestros camaradas! -- [3] La tercera visión es que los hombres sabios han hecho una especie de pacto para amar a sus amigos tanto como a ellos mismos. Podemos entender la posibilidad de ello, y a menudo vemos que ocurre. Es claro que no hay medios más efectivos para que la felicidad pueda encontrarse que en una alianza tal.


"Todas estas consideraciones intentan probar que la teoría de la amistad no es un estorbo en la identificación del Bien Principal con el placer, y que sin ella no puede encontrarse ningún otro fundamento para la amistad.